UNA NOCHE COMO
HAY POCAS
—¡Fuchi!
¡Tienes un olor… a diablos!
—¿Y qué
quieres? Si me ha tirado con el bacín la muy…
—¡Sshhh!,
¡cállate!, han prendido la luz arriba, ¿y si es la vieja?, ¡escóndete se está
asomando por la ventana!
—Tenía
que ocurrírsele salir ahora…ya debería estar durmiendo.
—¡Cállate
bruto, te van a escuchar!, nada sabes hacer. Para abrir una ventana has
despertado a medio mundo, ¡tonto!
—¡Ya!,
¡no seas marica!, ¿tienes miedo?
—Miedo
sí, ¡pero de botar las tripas, animal!, ¡estás que hueles a rosas! Eres un
mentiroso “ñato”, ¿no decías que la chola es tu amiga?
—¿Qué es
eso de “chola”?, ¡más respeto con mi gila! ¡Por qué crees que miento?, si me
tiró el bacín es porque no me reconoció. ¡Miércoles! ¡El orín me está calando
los huesos!
—¡Yo no
sé qué hago aquí!, ¿para qué me has traído?, el enamorado eres tú no yo.
—Porque
tú conoces bien estos sitios.
—Pero,
¿por qué no fuiste por la puerta del cuarto?
—¡Qué bruto eres!, ¿no ves ese cartel que dice: “cuidado
con el perro”? Ya se está metiendo la vieja, voy a…
—¡Espera!, todavía no apagan la luz.
—Y eso que…
¡¡¡Traass!!!
—¡Maldita sea! Es la puerta del guardián.
—¡Viene para acá “flaco”, corre…!
—¡No seas tarugo!, ¿quieres que nos metan un balazo? Aun
no nos ha visto. Vámonos pero sin que nos vea… y eso solamente se puede hacer
por allí. —El “flaco” señala un oscuro callejón que hace exclamar al “ñato”:
—¡Estás loco, “flaco”, por allí están los perros! ¡Son enormes!
—¿Y qué?, ¿quieres salir por las rejas? —Se queda un
momento pensativo; pero, ante la proximidad del guardián, añade—: bueno, vamos
pero agáchate y no hagas ruido.
—¿Y ahora “flaco”, como subimos la pared?
—Es fácil: pongo las manos, te subes en ellas, te cuelgas
de la pared y después me jalas.
—¡Manos a la obra!, pero no vayas a meter la pata!
—Procura no meterla tú “ñato”. ¡Vamos, sube!...sube…así…,
pero… ¡Con cuidado tonto! ¡Mira de dónde te estás colgando, la teja está
suelta!
—¡No se ve!
—¡No te sueltes!... ¡Agárrate!... ¡Agárrate!...
—¡”Flaco!... ¡me caigo!... ¡”Flaco”!...¡”Flacooooo…!
¡¡¡TRRAAAASSS!!!... ¡¡¡CATAPUMMMMMM…!!!
—¡Bestia!, ¡ahora si metiste las cuatro…!
—¡Corre!, ¡ Corre!
¡¡¡Piiiii!!!... ¡¡¡Piiiiii ¡!!...
—¡Por la reja!
¡¡¡Piiiiiii!!... ¡¡¡Piiii!!! …
—¡Corre!
¡Guau!...
¡Guau!..., ¡Guau!...
—¡Inútil
de miércoles….! ¡Ya me jo…aayyyyy...!, ¡sálvese el que pueda! ¡Fuera,
fuera….aayyyy…!
¡Guau!...
¡Guau! …¡Guau! …¡¡¡Piiiiii!!!... ¡Piiiiii!!! …
—¡Corre,
“flaco”, corre!
¡Guau!...
¡Guau! …¡Guau! …¡¡¡Piiiiii!!!... ¡Piiiiii!!! …
—¡Es
para tí!
—¿Para
mí!?
—¡Sí!
—¿de quién será?...¡aló!, ¿quién habla!
—¡Soy
yo marica de miércoles! ¿Por qué me dejaste solo?
—¡Pero
“flaco”! ¿No dijiste sálvese el que pueda?
—¡Buen
pretexto tienes! Quiero que ha hagas un favor.
—Di
nomás. ¿Qué es lo que quieres?
—Que
le avises a mi madre para que me traigan otros pantalones; también que venga
con mi hermano para que me ayude a ir a casa.
—¿Que
te ayude ir a casa? ¿Qué tienes?
—¿Qué
tengo? Media nalga menos, bruto, por tu culpa. Estoy en la sala de primeros
auxilios.
—¡Cuánto
lo lamento!, voy ahora mismo. ¿Algo más?
—¡Ah!,
sí… cuando quieras ir a ver a tu enamorada vas a ir con…
No hay comentarios:
Publicar un comentario